Es tanta la publicidad que se hizo, y se hace, a esta película, que lo tuve muy sencillo el día del estreno, allá por el otoño, para elegir la sala en la que me metía. Además, son tantos los premios (los últimos fueron en los BAFTA 2014) que ha tenido esta película y personas muy sesudas que hablan maravillas de ella, que como cuando terminó la película me quedé con la boca abierta, según la vi la olvidé, olvidándome también de hacer una entrada en este súper blog. Podéis deducir que no me parece ninguna maravilla esta película, es más, el guión es bastante malo, pero bueno, tiene otras cosas que merece la pena verla.
George Cloonney es el cincuenta por ciento del reparto, pero no podemos disfrutarlo mucho, muy pronto se empeña en batir el record del ruso Sergeiv, él es divertido y nos entretiene, a diferencia de su compañera que nos saca de quicio, yo me pregunto, por qué no se intercambiaron los papeles.
Y aquí tenemos a Sandra Bullock, interpreta a la doctora Stone y solo creerán su personaje sus mejores fan y aquellos que pasen por caja. Comienza siendo una patosa y acaba siendo una heroína, pasando por saber cómo funcionan las naves que va encontrando en el espacio (que destroza), da igual que las teclas tengan rótulos en ruso o chino, ella las pone a funcionar, entrando y saliendo del traje espacial con una facilidad asombrosa (pero, ¿cuánto mide el espacio?, debe ser muy apañado). Lo de la niña muerta y el final no tienen desperdicio, por no hablar de la conversación que tuvo con el chino y sus perros. Ah!, se me olvidaba el extintor, esto fue el no va más, todos deberíamos de tener uno así. Eso sí, tiene tipazo la señora astronauta, pero su cara inyectada en botox no ayuda mucho al dramatismo que la situación requiere, así que, la nominación para el Oscar a mejor actriz con esta película, es una tomadura de pelo.
¿Entonces qué tiene esta película?, sonido e imágenes. Además, algo muy importante, tiene una duración de noventa minutos y no se hace muy pesada.
¿Os imagináis qué habría hecho la suboficial Ripley (Sigourney Weaver), con los medios técnicos de Gravity, sería la repanocha (sí, un término muy cinéfilo).
Como iba diciendo, recordad que está George Clooney, mientras escuches su voz, todo va bien.
Alfonso Cuarón |
Le deseo lo mejor a este mejicano con su producto hollywoodense, que le sigan dando premios, ¡hala!, nos vemos en el cine.