Esta película seguro que a mi abuela le iba a gustar. Dramón en toda regla. A mi también me gustó.
No es excelente, pero está bastante bien. Además, aprendemos o recordamos como era nuestra Europa allá por el siglo XVIII, el otro día como quien dice. Un lugar de ignorancia y supersticiones, donde la religión lo abarcaba todo, donde los siervos, los esclavos, como su palabra indica, solo poseían lo que sus amos dejaban que poseyeran, en algunos casos, los harapos que les cubría.
A los más desfavorecidos solo se les veía de vez en cuando en la película, pero en muy pocas escenas se describía la situación perfectamente, la historia se desarrolla en un palacio con una reina, un rey y un médico. Un trío que se quiere y cuyo desenlace es una vergüenza para todo un pueblo.
Mads Mikkelsen, como el Doctor Johann Friedrich Struensee. Cuando aparece él y sus ideas revolucionarias, supone un descanso y un alivio para el espectador, ante tanto exceso. Al menos en mi caso, me dije, hombre por dios, pon un poco de orden en esta historia, ya no puedo más. Su aspecto es un poco desaliñado durante toda la película, tanto cuando solo es un médico de pueblo como cuando lo es del rey, ya sé que iba de revolucionario.
Alicia Vikander, como la reina Caroline Mathilde. Se va ella solita de Inglaterra a Dinamarca, se ha casado con el rey y se da de bruces con un enfermo mental y toda una corte real que lo único que quiere es sobrevivir, y cuantas más riquezas y poder posean mejor.
Mikkel Boe Følsgaard, como el rey Christian VII, el tercero en discordia. Su personaje es bastante histriónico pero nos cae bien, la cámara le quiere, así que le echamos de menos cuando no está.
Hablando de sus cosas, la Ilustración en aquellos tiempos se daba mucho a la conversación, vamos, como ahora, que no dejamos de hablar de la familia real española, del gobierno, de la oposición...
Últimamente parece que nadie sabe hacer películas de hora y media, en 2012 he visto unas cuantas que pasan de las dos horas. Esta en concreto tiene 137 minutos, algunas escenas sobraban, pero no se hace pesada. Conclusión, película recomendable para pasar el rato y para que algunos aprendan a situar en el mapa a Dinamarca y conozcan de donde vienen algunos de nuestros derechos fundamentales.
Nikolaj Arcel |